Monetizar, monetizar y monetizar. Se ha convertido en la palabra de moda. Hace 10 años apenas sabía encender un PC, ahora me planteo ganar dinero a través de cada uno de los recovecos que esconde Internet.
Un buen día descubro que aquel vídeo que colgué en Youtube durante mis prácticas del Máster de Comunicación tiene más de 200.000 visitas. Desde entonces he hecho muchos vídeos, unos mejores, otros peores, ninguno ha cosechado tanto éxito. Aquella primera probatina era eso, una probatina. Dos muñecos de Navidad bailando sin demasiado contenido, la verdad. Y resulta que la gente los ve, gustan y sin comerlo ni beberlo se han posicionado en la primera página de Youtube si buscamos “Muñecos de Navidad”.
Actualmente estoy trabajando en una empresa que se dedica a hacer vídeos, que busca posicionarlos bien, que quiere visitas y más visitas. Tenemos medios profesionales y un equipo que invierte todos sus esfuerzos en hacer trabajos más que dignos… Pues bien, me juego las dos manos y un pie a que nunca conseguiremos 200.000 visitas en ninguno de esos vídeos. La gente prefiere ver un perro cagando en una maceta, un bebe reventado de risa o dos muñecos de navidad haciendo el canelo antes que invertir unos minutos en un vídeo digno y didáctico. Así están las cosas. Así están los medios de comunicación. Así está la red y así estamos todos.
Yo por mi parte intentaré aprovechar la coyuntura. ¿Qué triunfan las historias de conejos?? Pues convertimos a bizcocha en actriz protagonista.
Y mientras, vamos monetizando. Monetizando los vídeos, los blogs y si te descuidas terminaremos monetizando también nuestro perfil de Facebook. ¡¡¡A 0,5 céntimos la foto señores, cliquen y vean!!! El escenario ya no está en los teatros, lo tenemos aquí delante. Se ha trasladado a las pantallas de manera que arriba el telón que ¡comienza la función!!